RESEÑA: Un lugar donde refugiarse (2013), la importancia de elegir el amor correcto

De acuerdo con el autor estadounidense Sean Covey Jr., “elegir a tu pareja es una de las decisiones más importantes que tomas en la vida y que puede afectarte significativamente”. A pesar de la atracción que sientas y las emociones que experimentes a lo largo de la relación, una mala pareja puede no solo llegar a hacerte sentir infeliz sino causarte daño y poner en riesgo tu existencia.

En esta reseña quisiera seguir con el tema del amor (¡porque dah, febrero!). Ya vimos con “Encanto” el amor filial, así que me pareció prudente abordar el amor propio combinado con el de pareja usando la novela y película romántica “Un lugar donde refugiarse”. Procuraré no ser empalagosa, pero aviso que es probable que lo sea.

Cerezas, bicicletas y un pueblo costero

Bajo el nombre en inglés de “Safe Haven” (que se traduciría como refugio seguro), la obra “Un lugar secreto” proviene de la pluma del prolífico novelista estadounidense Nicholas Sparks y se publicó en el año 2010. La fórmula ganadora de este autor (en la mayoría de sus publicaciones) es crear historias de romance con un poco de misterio e intriga, aunque tiende a ser repetitivo con sus tramas.

La novela comienza con una misteriosa mujer llamada Erin que un día aparece en el pequeño pueblo de Southport, en Carolina del Norte, escondiendo un gran secreto. Su actitud diligente y gentil (aunque algo reservada), le han ayudado a mantener su trabajo y a vivir tranquila entre los amables lugareños bajo el nuevo nombre de Katie.

A pesar de sus barreras emocionales, la protagonista logra entablar amistades y poco a poco comienza a sanar gracias a la presencia de algunas personas en su vida como su jefe Iván, la alocada Jo y el amable viudo Alex. Erin/Katie tiene el deseo de tener una vida normal en la que se pueda sentir segura de nuevo, echar raíces y quizás atreverse a amar otra vez.

Sin embargo, no está del todo a salvo de su pasado como creía pues éste llega en un torbellino de violencia, alcohol y fuego que hará lo imposible por destruir todo lo que Katie ha construido en Southport. Es momento para ella de dejar atrás a la insegura mujer para dar paso a alguien capaz de defenderse y a sus nuevos seres queridos, si es que quiere tener un futuro con ellos.

Segundas oportunidades con un toque de azúcar

Lo confieso, conocía las obras de Nicholas Sparks desde mi adolescencia (ahora ya no estoy tan joven jaja) y me conmovían por el exceso de romanticismo poco realista en sus páginas. No en el mal sentido, creo que siempre debemos tener lecturas ligeras que nos distraigan de la vida real (o estudiar para un examen realmente importante, pero tu cerebro está en huelga).

No obstante, no fue sino hasta que pasaron la película por televisión (y luego la pude ver completa por streaming), que llamó mi atención la novela “Un lugar donde refugiarse”. Luego de buscarla y comenzar a leerla, puedo decir que se adapta medianamente a mis gustos: algo de suspenso psicológico combinado con una gran dosis de romance azucarado.

Si esperas un misterio gigantesco, puedes llevarte una ligera decepción porque la novela no va por ahí. La protagonista y sus relaciones presentes y pasadas son el motor que lleva la historia, pero sin olvidar un desarrollo reflexivo y a veces emocional para todos. Vamos, no se trata de contar la vida de una mujer perfecta sino de alguien capaz de reconocer sus errores y tomar mejores decisiones.

El climax viene por partes, crees tener en cuenta que ése será el desenlace y el autor te sorprende alargando un poco las cosas (aunque no demasiado para hacerlo tedioso). Todo para conducirte a un final realmente inesperado para una obra de Sparks, eligiendo cuidadosamente al personaje que guarda la sorpresa revelada en una carta (elemento distintivo del novelista).

Si tienes la oportunidad de leer el libro y te sientes con humor para aguantar un poquito (okay, mucho) romance, te lo recomiendo. Verás que te será agradable y hasta podrías animarte a ver la película para distraerte un poco. Pero si no deseas empalagarte de amor y drama, pues… ¿Cómo te convenzo?

Habemus película

Tal vez debido a que muchas de sus obras se volvieron muy populares en la pantalla grande (como las azucaradas “Querido John” o “La última canción”), el escritor y guionista Nicholas Sparks tomó la decisión de usar su casa productora para llevar al cine la historia de amor “Un lugar para refugiarse” (“Un lugar secreto” para Hispanoamérica) con recepción mixta del público y la crítica.

La película comienza una noche cuando una joven mujer llamada Erin (Julianne Hough) huye bastante alterada de su hogar. Gracias a la ayuda de una amiga y vecina, la chica logra llegar a tiempo a una estación de autobuses para tomar uno que la lleve lejos de ahí. Al poco rato, se puede ver a un hombre misterioso deteniendo los transportes en busca de una mujer viajando sola entre todos los pasajeros; pero al parecer no tiene éxito en encontrarla.

Erin ha sido lista y ha cambiado tanto su apariencia como nombre para no ser rastreada; viajando por la carretera parece estar bastante aliviada de escapar de su pasado. Durante una parada del transporte en un pequeño pueblo costero, la ahora autollamada Katie toma la decisión de quedarse temporalmente en Southport y tal vez retomar un poco su vida normal.

Después de rentar una cabaña en las afueras del pueblo y conseguir un nuevo empleo, poco a poco Katie comienza a conocer a los lugareños que la reciben con amabilidad, incorporándola a la pequeña comunidad. Aunque aún mantiene la guardia alta, eso no impide que entable amistad con la directa e independiente Jo (Cobie Smulders) y el amable viudo Alex (Josh Duhamel).

Sin embargo, este periodo de calma y felicidad resulta ser bastante frágil; ya que el misterioso hombre de la estación de autobuses resulta ser el policía Kevin Tierney (David Lyons) que la está buscando por un terrible crimen. Ahora es cuestión de tiempo para que el pasado de Erin/Katie la alcance y quizás destruya su nuevo mundo para siempre.

Promesas y pintura amarilla

Las obras de Nicholas Sparks por lo general son como esa literatura de comfort a la que acudes porque sabes que tiene un final agradable (como un bote de helado). Así mismo son sus películas, con una trama sencilla, amores verdaderos y canciones melancólicas cursis. Pero (como había mencionado antes), sus historias tienden a ser algo repetitivas si notas el patrón.

Primero, tenemos a una protagonista que no desea enamorarse después de lo que ha vivido (quién la culparía), pero se ve incomprensiblemente atraída por alguien que es amable, tiene excelente compatibilidad con ella y parece ser un buen padre. Pero para no parecer obvios con esto del interés amoroso, nos hacen creer que al principio no se llevan bien (por unos segundos).

Ajá…

Sumando al cliché, la relación con el chico bueno y guapo va creciendo en una serie de citas, casualidades y algunas torpezas dignas de enamorados adolescentes. El director o el mismo Nicholas Sparks reutilizan escenas de otras de sus películas románticas para ir construyendo su historia de amor y, de no ser porque agregan a los hijos de Alex, podríamos tener a “Diario de una pasión” 2.0 en proceso.

La forma en que está diseñado el guion escrito por Dana Stevens, Leslie Bohem y Gage Lansky es a veces flojo, apresurado e inmaduro. Se gastan muchas escenas para mostrar la asombrosa química entre Julianne Hough y Josh Duhamel, pero dejan de lado el desarrollo de otras relaciones de Katie con los habitantes de Southport o las que dejó atrás cuando huyó (porque #romanceprimero).

Aunque me encantó la complicidad y amistad que desarrollaron en pantalla los personajes de Alex, Jo y Katie, siento que flojearon en el casting infantil. Si bien la trama exigía que el hijo de Alex estuviera triste por extrañar a su madre y no le parece bien que su padre sienta interés por Katie, Noah Lomax parecía tener un puchero eterno y era de lo más irritante en gran parte del filme.

Fuera de eso la película resulta agradable, palomera y logra sorprenderte con el final. Me pareció excelente para pasar una mañana de fin de semana, descansando un poco y con las botanas favoritas. No diría que la añadiría a mi colección de favoritas, pero podría verla otra vez cuando desee distraerme un poco. ¿Te animas a darle una segunda oportunidad a este film?

Daphne 707

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